Lo que en 2020 fue un enfrentamiento entre una desarrolladora de videojuegos y una gigante tecnológica, hoy se reconoce como uno de los procesos legales más importantes en la historia moderna del software. Epic Games vs Apple no solo cuestionó las prácticas de la App Store: destapó un debate global sobre libre competencia, comisiones abusivas, ecosistemas cerrados y el derecho a innovar.
En esta edición especial, repasamos a fondo lo que ocurrió, qué cambió en la industria, cómo está reaccionando Apple en 2025 y por qué el caso sigue más vigente que nunca.
El origen: Fortnite como punta de lanza

Todo comenzó el 13 de agosto de 2020, cuando Epic Games añadió en Fortnite para iOS una opción de pago directo con descuento, eludiendo la comisión del 30% que Apple impone por cada transacción en su App Store.
La movida fue intencionalmente provocadora. Epic sabía que Apple respondería eliminando el juego, lo cual ocurrió en cuestión de horas. Pero lo que vino después no fue una simple queja: Epic presentó una demanda antimonopolio y lanzó una campaña mediática con el hashtag #FreeFortnite, buscando movilizar a desarrolladores, gamers y reguladores contra el ecosistema cerrado de Apple.
Fue un acto de guerra legal y cultural.
El núcleo del conflicto: ¿Quién controla el acceso digital?
Epic no solo quería recuperar Fortnite. Lo que demandaba era una transformación estructural del modelo Apple. El argumento central: iOS funciona como un monopolio de facto al no permitir otras tiendas ni opciones reales de pago, obligando a los desarrolladores a ceder parte significativa de sus ingresos.
Apple, por su parte, defendió su sistema como un estándar de seguridad y simplicidad:
“Nuestro ecosistema está diseñado para proteger a los usuarios de fraudes y ofrecer una experiencia uniforme. Cobrar una comisión es parte de ese modelo”, declaró Apple durante el juicio.
El choque de modelos fue total: uno apostaba por la apertura; el otro, por el control total.

El juicio y el veredicto: una herida que no cerró
En mayo de 2021 se inició el juicio en California. Durante semanas, se revelaron cifras, correos internos, acuerdos con empresas como Netflix y Amazon, y estrategias comerciales antes ocultas.
En septiembre de 2021, la jueza Yvonne Gonzalez Rogers emitió un fallo intermedio:
- Apple no es un monopolio legal bajo la ley federal de EE.UU.
- Sin embargo, sí incurre en prácticas anticompetitivas al prohibir que las apps informen a los usuarios sobre métodos de pago externos.
Se ordenó que Apple permitiera enlaces hacia sistemas de pago alternativos. Pero Apple no se quedó de brazos cruzados: implementó estos cambios en 2022, pero incluyó nuevas comisiones (entre el 12% y 27%) y complejas condiciones para los desarrolladores que los usaran.
¿La paradoja? Apple cumplió con la ley… pero mantuvo el control económico.
¿Qué pasa en 2025? El cambio viene desde Europa
El verdadero punto de inflexión llegó con la Ley de Mercados Digitales (DMA) de la Unión Europea, en vigor desde marzo de 2024. Esta ley obliga a Apple a:
- Permitir la instalación de tiendas de aplicaciones de terceros en iOS.
- Aceptar métodos de pago alternativos sin restricciones.
- Brindar mayor transparencia en las condiciones contractuales.
Gracias a esto, Epic Games anunció en abril de 2025 que Fortnite volverá a iOS en Europa mediante la nueva Epic Games Store para iPhone, totalmente independiente de la App Store.
Este es un hecho histórico: por primera vez, los usuarios de iPhone podrán instalar un videojuego masivo desde una tienda distinta, con pagos gestionados por el desarrollador y sin pagar comisiones a Apple.
Y esto no solo afecta a Epic. Empresas como Spotify, Setapp, Proton y Mozilla también están desarrollando sus propias tiendas móviles para el ecosistema iOS.
Apple en 2025: ¿adaptación o resistencia?
Aunque ha tenido que ceder en Europa, Apple se resiste a cambiar su modelo en Estados Unidos y otras regiones. Incluso con el nuevo marco legal, ha impuesto condiciones estrictas a quienes deseen operar tiendas alternativas:
- Solicita un “Core Technology Fee” de 0,50 € por instalación anual de apps desde otras tiendas.
- Establece revisiones de seguridad previas y restricciones técnicas para integraciones profundas.
- Prohíbe que las tiendas alternativas operen en paralelo con apps en la App Store (no puede haber duplicados).
Estas reglas han generado duras críticas por parte de Epic y otros actores, que acusan a Apple de cumplir “solo lo justo” para evitar sanciones, sin abrir realmente el ecosistema.
Tim Sweeney, CEO de Epic, no dudó en declarar en marzo de 2025:
“Apple cumple con la letra, pero traiciona el espíritu de la ley. Su modelo sigue siendo una trampa de control absoluto”.
Implicaciones globales: ¿es el principio del fin del jardín cerrado?

A nivel mundial, el caso Epic vs Apple ha tenido un efecto dominó:
- Corea del Sur aprobó en 2021 una ley que prohíbe a Apple y Google forzar el uso de sus pasarelas de pago.
- Japón negoció acuerdos similares para aplicaciones de música y lectura.
- En Estados Unidos, varios legisladores han reintroducido en 2025 el “Open App Markets Act”, que busca replicar la DMA europea.
Todo apunta a que el modelo cerrado de Apple —que fue su ventaja competitiva durante años— ahora se ha convertido en su talón de Aquiles.
¿Qué significa esto para desarrolladores y usuarios?
Para los desarrolladores:
- Pueden (o podrán pronto) elegir plataformas de distribución sin pagar el 30%.
- Tendrán mayor libertad para experimentar modelos de negocio directos.
- Ya no estarán atados a un único intermediario para monetizar.
Para los usuarios:
- Podrán instalar apps desde otras fuentes (con las precauciones necesarias).
- Tendrán más opciones de precios y métodos de pago.
- Verán emerger un ecosistema móvil más diverso y competitivo.
Sin embargo, aún persisten desafíos: Apple controla el hardware, iOS y muchos aspectos de seguridad que pueden limitar la verdadera apertura. La guerra no ha terminado: solo se ha desplazado de los tribunales al diseño del sistema operativo.
Conclusión: un juicio que definirá una década
El caso Epic Games vs Apple fue mucho más que un enfrentamiento legal: fue un cuestionamiento frontal al modelo de negocio dominante en la era digital. Aunque la justicia estadounidense no consideró a Apple un monopolio, los cambios en Europa, Asia y el impulso legislativo global indican que ese modelo está llegando a su límite.
En 2025, Apple sigue siendo una fuerza dominante, pero ya no puede ignorar el llamado a la interoperabilidad, transparencia y libre competencia. Epic, por su parte, no solo ganó terreno legal: ganó influencia en una conversación global sobre cómo debe funcionar la economía digital.
El legado del caso recién comienza a escribirse.
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